domingo, 12 de mayo de 2013

El juvenil del Sevilla Fútbol Club, ¡Campeón de España!


En años de vacas flacas en lo que respecta al primer equipo, son los escalafones inferiores de nuestra cantera los que siguen dándonos las únicas alegrías en las dos últimas temporadas.

El primer equipo sigue instalado en la mediocridad más absoluta y fuera de los lugares que por historia y presupuesto nos corresponde. Hemos estado fuera de los puestos europeos prácticamente durante toda la temporada y si no fuese por la destitución de Michel, decidida muy tarde, y la efectividad del equipo en nuestra bombonera, a estas alturas estaríamos peleando con los equipos que no quieren descender a 2ª división.

Escandalosos números fuera de casa (el peor equipo de la liga como visitante), infames los refuerzos de la plantilla que, además de no aportar nada (Hervás, Babá, Stepanovic, etc), impiden el salto al primer equipo de algunos de los futbolistas de nivel que se entrenan en nuestra fábrica de sueños, la Ciudad deportiva de la Carretera de Utrera. El ejemplo de Alberto Moreno es sintomático; en cuanto le han dado cuatro partidos seguidos en el primer equipo, se ha hecho con toda justicia con un puesto en el lateral izquierdo.

Y mientras esos fichajes de medio pelo están de vacaciones en Sevilla, los Alex Rubio, Israel Puerto, Atienza, Rabello, etc, etc, como antes Luis Alberto, José Carlos, Rodri o Crespo ven truncadas su proyección en el club. Casi todos terminan marchándose porque al Sevilla Fútbol Club, empieza a pasarle algo parecido a otros clubes de primer nivel en España: buscan fuera lo que ya hay dentro.

Hoy nuestros chavales han vuelto a proclamarse Campeón de España de juveniles revalidando el título del año anterior; Cuatro títulos nacionales en los últimos seis años: dos de Copa del Rey (2008 y 2009) y otros dos de Copa de Campeones (2012 y 2013). En ese período, nuestra cantera no tiene rival en cuanto a palmarés, ya que con esos cuatro entorchados supera al FC Barcelona (dos Copas de Campeones y una del Rey), Espanyol (una Copa de Campeones y una Copa del Rey), Real Madrid con una Copa de Campeones, y Athletic Club con una Copa del Rey.

Extraordinario campeonato final y magnífico el nivel que han ofrecido durante todo el torneo los chavales de Agustín López; Emocionante el recuerdo a Mariano Pulido y a Antonio Puerta en la celebración del título y orgulloso todo el sevillismo de ver a esos artistas que responden al nombre de José Antonio, Mode, Girón, Garrido, Juanlu, Matos; Antonio, Borja, Curro, Falcón, Rafa, Pavón, Abel, Laso, Juanje, Beto, Juan Muñoz, y Carlos Fernández. 

Ojalá la dirección deportiva corrija el rumbo que nos está llevando a la vulgaridad más absoluta y algunos de los futbolistas de esta hornada de juveniles sean algunas de las futuras estrellas de Nervión.

¡¡¡ENHORABUENA CAMPEONES!!!, Soís el orgullo del sevillismo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Las estrellas de Nervión


Todo se había confabulado para que anoche fuese una de esas noches mágicas de Nervión. Y a esa cita con la historia en sevillismo, no quisieron faltar nuestras estrellas de Nervión, aquellas que relucen especialmente intensas sobre el cielo de nuestra bombonera cuando juega el Sevilla Fútbol Club.

La familia sevillista disfrutó anoche de uno de esos partidos memorables que forman parte ya del patrimonio futbolístico de nuestro querido club de fútbol. Hasta ayer noche, los sevillistas de nuestra generación, lo habíamos visto casi todo. Habíamos gozado en las victorias y sufrido en las derrotas. Pero faltaba lo de anoche. Una goleada de escándalo ante el eterno rival. La victoria más deseada, la derrota más ansiada.  

Fue un triunfo inapelable, un marcador incontestable, una borrachera de orgullo, un baño de fútbol, un derroche de casta, una explosión de júbilo para gritar al mundo que el Sevilla Fútbol Club, sigue, como siempre ha sido en la gloriosa y centenaria historia de nuestro amado club, el equipo más grande en la ciudad más grande del mundo.

Y Nervión vibró como en aquella inolvidable noche en la que Pintiño redondeó la remontada al PAOK de Salónica, o como aquella otra en la que nuestro añorado Antonio Puerta rompió las mallas de la portería del Shalke y el corazón galopante de miles de sevillistas, sin olvidarnos de la humillación al Real Madrid con otro cuatro cero al descanso en otra gesta nunca alcanzada antes por nadie. 

Ayer fue otra de esas noches que forman parte ya y para siempre, de la leyenda de este club de fútbol, que nuestros mayores nos enseñaron a quererlo tanto.

Allí arriba, en ese bendito tercer anillo, estaban ayer noche todas nuestras estrellas asomadas al balcón de Nervión, disfrutando al ritmo que le marcaba toda la grada de Nervión. Sí toda la grada, porque un trozo de nuestra familia, volvía a donde siempre tuvo que estar, para decirle al mundo que el futbol en SeVilla se escribe con “V”, aunque algunos se empeñen en cambiar la consonante.


¡Qué te eché de menos ayer, Papá!. Pero como siempre hago cada vez que el Sevilla gana, levanté la vista hacía ese mar de estrellas blancas que se asoman al cielo de Nervión cada noche de partido y te sentí conmigo. Y cuando eso ocurre, una sonrisa vuelve a mis labios y obran el milagro de secar mis húmedas mejillas. 

A Eduardo y a mí, y a centenares de sevillistas, siempre nos consuela saber que las estrellas de Nervión se vuelven más brillantes que nunca, cuando el marcador luminoso de nuestra bombonera anuncia que el Sevilla Fútbol Club ha vuelto a ganar un derbi.  Y entre esas miles de estrellas, ahí estás tú, sonriente y feliz, la noche en que el 5-1 al eterno rival, quedó inmortalizado para toda la eternidad en la retina y en la memoria colectiva de todo el sevillismo.


viernes, 17 de agosto de 2012

37 años después....


Llega el fútbol una temporada más a Nervión, aunque esta que mañana comienza, parece que no viene, por muchos motivos, con buena pinta.

Es cierto que ya no están en la plantilla –aunque todavía en algún caso pueden volver cuando termine su cesión – determinados futbolistas que han lastrado durante varios años el crecimiento deportivo del club.

Es cierto también que, aparentemente, se han cubierto algunas carencias importantes en la difícil tarea de equilibrar una plantilla que, deportivamente hablando, no tenía nivel para aspiraciones europeas. Pero hasta el día de hoy, y esperando que el cierre del mercado el próximo día 31 de Agosto, no nos depare alguna sorpresa desagradable, los futbolistas que han venido, mejora sustancialmente el nivel de la plantilla de temporadas anteriores.

Faltaría, en mi opinión, y para cuajar una plantilla con aspiraciones reales de volver a la senda de las competiciones europeas, un central zurdo y un tercer delantero o media punta goleador. Pero es solo mi opinión, claro. 

Si en el aspecto futbolístico la temporada empieza con muchas interrogantes, en el aspecto institucional la situación es muy, pero que muy preocupante. A la delicadísima situación procesal de nuestro Presidente, ya analizada con meridiana claridaden este blog, se le une la fractura social de una aparte muy importante de la afición sevillista– los Biris Norte – con la cúpula dirigente del Sevilla Fútbol Club.

La mayoría de los aficionados asistimos con perplejidad al desarrollo de los acontecimientos, cuyo último capitulo –seguro que no será el último – ha sido el comunicado de los Biris Norte, anunciando su deserción del ejército sevillista en los días de partido. Algo inaudito para quien siente en sevillista

También en este asunto nos hemos pronunciado los que formamos este blog titulado “De Granito”. Decíamos hace apenas unas semanas que los Biris, el corazón del sevillismo debería erradicar a los violentos de su núcleo dirigente; o en su caso no dar soporte a quienes con sus actitudes violentas, no representan al sevillismo.

El club no tiene otra salida que proteger el buen nombre, la historia y la decencia de nuestro escudo, nuestra bandera y nuestra afición. Algo que en Rota, por enésima vez, fue manchado y deshonrado por ese grupo de violentos que, insisto, no representan ni a los Biris, ni al sevillismo.

Si hay que corregir situaciones injustas para que no paguen justos por pecadores en el acceso al estadio, el club ya ha dicho que lo hará; si un socio de Gol Norte, uno solo, considera que no son respetados sus derechos y que las medidas adoptadas por el Consejo de administración son abusivas y discriminatorias, tiene toda la razón del mundo para denunciarlo, y el Club tendrá que solucionarlo, pero no nos confundamos: esas medidas tienen como objetivo, erradicar la violencia física y verbal de una parte de la Grada Norte del Ramón Sánchez Pizjuán. Y con ese fin, estamos de acuerdo en este blog.

Los Biris han decidido tirarse al monte. Si lamentable y canallesco fue el espectáculo que dieron con su comportamiento en el partido homenaje a Antonio Puerta,  - en un momento pensé que estaba en el Vicente Calderón, de cómo chillaban a los sevillistas de otras zonas cuando animábamos al equipo – su comunicado donde anuncian su deserción del sevillismo es absolutamente deplorable. Y querer justificar esa en aquellos foros anera de gestionar el club, que lo digan en los foros que els evillismo eso al estadio, el club ya diho evilli deserción con presuntas irregularidades en la gestión del club es, cuando menos, absurdo.

Si las hay y pueden demostrarlo, que las denuncien; si no están de acuerdo con la manera de gestionar el club, que lo manifiesten en aquellos foros que el sevillismo tiene para ello. Incluido, por supuesto, el Ramón Sánchez Pizjuán, donde nunca se ha cercenado la libertad de expresión si esta se produce con respeto y sin insultos.

Pero renunciar a ese compromiso de apoyo incondicional al Sevilla Fútbol Club, mancha la inmaculada página de los Biris en la centenaria historia del Sevilla. Desde 1975, varias generaciones de Biris, ahora desparramados por los cuatro puntos cardinales del estadio, entendieron que el Sevilla Fútbol Club, era, por encima de las personas, lo más valioso de nuestras vidas porque su escudo y su bandera formaba parte de nuestra propia familia. Y ese vínculo, roto ahora por los Biris Norte en 2012, es un error de incalculables consecuencias para el sevillismo. 

Cuando la crisis ha dejado en su casa esta temporada a miles de sevillistas sin poder sacarse el carnet, era el momento de suplir sus ausencias y rellenar ese cemento vacío con las gargantas incansables de quienes han venido siendo, desde su fundación, el corazón del sevillismo.

Pero “los guardianes de Nervión”, han decidido, por primera vez en sus 37 años de existencia, no acudir a Nervión. Se equivocan gravemente y ojalá recapaciten y vuelvan a Gol Norte dejando fuera a los violentos. Su aliento es ahora tan necesario como siempre y nunca hemos logrado nada cuando el sevillismo ha estado fraccionado. Si se mantienen en el error, vendrán, no tengan duda, otros sevillistas que ocupen su lugar.

domingo, 22 de julio de 2012

Los Biris, el corazón del Sevillismo (Así no, Biris)



Me queda el pecho viudo si me quito tu razón, que más que mi corazón a mí me late tu escudo. Antonio García Barbeito, Pregón del Centenario del Sevilla FC.

Y los Biris , el corazón del sevillismo, mis Biris de toda la vida, con los que yo crecí, con los que yo lloré, con los que yo canté, se han tirado al monte. 

El que escribe, un día del verano de 1975, - año de fundación de la la peña Biri-Biri - cuando cumplió la mayoría de edad y entregó su primer sueldo en casa, decidió unirse a la familia sevillista para toda la vida. Me saqué mi carnet de socio y me fui en pantalones cortos al gol Norte con la Peña Biri y 37 años después, me han salido las canas en la fila 16 de Gol Sur.

Ha llovido mucho desde entonces, y sería injusto por mi parte, ignorar el protagonismo decisivo que en momentos claves del club, ha tenido esta bendita peña para proteger, preservar y defender al club que llevamos prendido en nuestro corazón.

La impagable aportación de la Peña Biri Biri  hacía nuestro club en los momentos más difíciles de nuestra historia, son inolvidables. Su incondicional apoyo a quienes lucen en su pecho nuestro escudo tampoco es cuestionable. Su fidelidad a nuestros colores, está fuera de toda duda. Su inquebrantable sevillismo tampoco. 

Pero lamentablemente con su actitud el otro día en Rota, han cruzado una línea roja que nunca debieron cruzar. Y no fue la primera vez que cometían esas tropelías, ni tampoco ha sido la primera vez que la imagen y las arcas del club, salen muy perjudicadas por esa violenta e innecesaria batalla campal que provocaron en Rota.

Nadie en el Sevilla tiene derecho de pernada, ni nadie es intocable. Los Biris tampoco. Por tanto estamos del lado de la entidad cuando nuestro presidente ha dicho ¡Basta!.  La violencia está reñida con nuestra razón de ser, y ninguna excusa puede justificar el comportamiento violento de un grupo de aficionados del Sevilla Fútbol Club, sean socios o no, que quede impune. El sevillismo está abochornado con estos gamberros y estoy seguro que se lo hará saber en el foro adecuado: en el Ramón Sánchez Pizjuán a la primera oportunidad que tengan.

Hace bien la entidad en preservar el buen nombre del club con las medidas anunciadas que me parecen acertadas y que se resume en una sola idea. TOLERANCIA CERO a la actitudes violentas de una parte de la afición del Sevilla.

Los guardianes de Nervión, nuestros Biris, deben abandonar cuanto antes esa actitud violenta y agresiva que llevan a cuestas allá donde se desplazan. Deben recuperar ese estilo que les caracterizó como la mejor afición del mundo, y deben, sobre todo,  asumir que con esa actitud violenta, no nos representan.

Hemos leído el comunicado de los Biris, y es del todo inadmisible que pretendan convertirse en  víctimas cuando en su seno están los agresores.  Debe  asumir su error y expulsar de su seno a quienes manchan su nombre y en consecuencia, el de todo el sevillismo. La legítima discrepancia con la gestión  y los gestores del club, no deben ser excusa para promover y amparar la violencia en el seno de nuestra afición. Si alguien ha sido crítico con la gestión del club, ahí están nuestros artículos anteriores donde, incluso, hemos pedido ladimisión del Presidente, pero no hay que confundir las plumas con los patos.

Sólo los Biris pueden arreglar este deplorable episodio  y el camino anunciado en su comunicado, no va en la buena dirección. Si no dan un giro de 180 grados en su actitud violenta, corren el riesgo de que su misma afición les de la espalda, como otras aficiones se la han dado a otros colectivos violentos de nuestro fútbol en Madrid y Barcelona. Y sería lamentable que la maravillosa historia de los Biris terminara de esa manera. 

Presumimos, y con orgullo, que nuestra bandera, nuestro escudo y nuestra afición, es lo único importante. Y ese grupo de salvajes, han mancillado la bandera, maltratado el escudo y avergonzado a nuestra afición, la más grande del mundo. Rectifiquen por favor, el sevillismo os lo exige.

sábado, 14 de julio de 2012

Ni revolución , ni inmovilísmo (Capitulo cuatro y último: El Presidente)



El Sevilla de los seis títulos en 17 meses, y que fue durante dos años consecutivos el mejor equipo del mundo, pasará a engrosar las enciclopedias del fútbol junto a otras grandes escuadras que han dado luz y esplendor a este maravilloso deporte de masas.

El Sevilla Fútbol Club del Centenario, se ganó a pulso un sitio en el Olimpo de los equipos más grandes de la historia del fútbol y ocupó un lugar preferente en ese escalafón donde estuvieron el Manchester United de Bobby Charlton de los años 50, el Inter de Suárez en la década de los 60, el Brasil y el Santos de Pelé en los 70, el Benfica de Eusebio y el Ajax de Cruyff, la Argentina de Maradona en los 80, el Madrid de Di Stéfano en blanco y negro, y el Barcelona de Guardiola y Messi 

Y esos éxitos, subrayados con tinta indeleble en la memoria histórica del sevillismo, fueron posibles gracias a que llegó a la Presidencia del Sevilla Fútbol Club, un hombre, sevillista desde la cuna, arrojado, arrollador y con una tremenda ilusión para hacer de su club, una entidad respetada, admirada y envidiada en todo el orbe futbolístico.

José María del Nido Benavente arrancó su gestión presidencial cuando el club venía de largas décadas de ostracismo y de una situación interna convulsa que enfrentaba a sevillistas contra sevillistas con una frase y un gesto; la frase fue “Los 40 millones de deuda del club son calderilla para mi consejo de administración”; el gesto, escribir sobre una servilleta de papel las gestas deportivas que aspiraba y que luego se alcanzarían.




Y ese Presidente, querido y admirado por el sevillismo, pero tildado de prepotente fuera de la familia sevillista, arrogante casi hasta generar odio ajeno allá donde va, insolente y provocador contra el poder absoluto de blaugranas y merengues, brazo armado contra el absolutismo ejercido desde las rotativas de Madrid, ferviente defensor de todo cuanto importara a los intereses de nuestra entidad, parece que también, como los títulos, ha pasado a la historia.

Más allá de su delicadísima situación procesal, de la que ya hemos hablado en este blog, no sabemos que queda de ese presidente al que 40 millones de euros de deuda le parecía calderilla al inicio de su mandato. Si nos atenemos a los balances económicos aprobados anualmente en las Juntas Generales de Accionistas, el club lleva varia años en números negros, y con un activo (a fecha de Diciembre de 2011), de varias decenas de millones de euros. Nuestra situación  financiera, es, de ser ciertos esos números, y no tenemos motivos para dudarlo, lo suficientemente solvente para tener, en estos tiempos de crisis, un colchón lo suficientemente grueso como para no prever a corto y medio plazo, ningún sobresalto económico.

Cierto es, que la pavorosa crisis en la que vive España, provocada por la oligarquía financiera y que también ha llegado al mundo del fútbol, obliga a ser muy prudente en el gasto, y a pelear cada euro para salvar el balance económico del ejercicio. Pero eso, que siempre debe ser una práctica obligatoria, no debe estar reñido con la exigencia y la ambición por tener cada día más,  una entidad poderosa en lo deportivo, en lo económico y en lo institucional.


Y no decimos que se haya renunciado a ello, pero los pasos que se viene dando en los últimos tiempos, van en camino contrario. Los grandes equipos nunca dan un paso hacía atrás, ni siquiera para coger impulso. Y nosotros –lo ha declarado el Presidente- lo hemos dado. La despedida de Kanouté es simbólicamente, la evidencia de ese fin de ciclo, que nuestros dirigentes no han sabido darle continuidad.

Estamos por tanto, donde siempre hemos estado deportivamente hablando. Cada año hemos bajado varios peldaños de esa figurada escalera del éxito que nos llevó a lo más alto y hemos pasado, en muy poco tiempo, de deslumbrar a Europa y al mundo con nuestro fútbol, a quedarnos fuera de las competiciones europeas. Y superar esa realidad, corresponde a quienes tienen la responsabilidad de la gestión del club.

Sabíamos que no era fácil mantenerse en el éxito; que ese ciclo victorioso que nos llevó a ser el más grande entre los grandes, era muy difícil de repetir, pero quien renuncia a seguir estando en la élite, quien a sabiendas de sus consecuencias, reduce su presupuesto y vulgariza la plantilla, debe saber que inicia un camino, que más temprano que tarde, le alejará de la Presidencia del club.

En ningún orden de la vida, y en fútbol tampoco, no existen los espacios vacíos. Y tarde o temprano llegará a la zona noble de Nervión otro que haga como aquél Del Nido que convirtió la deuda del club en calderilla. Un equipo grande nunca pueda partir de cero y solo hay que releer la gloriosa historia de nuestra entidad para saber lo que nos ha costado llegar hasta aquí. El sevillismo no quiere resignarse a morir de éxito, tras una travesía llena de obstáculos y dificultades.

José María Del Nido Benavente, ha cubierto de gloria nuestra reciente historia, y sabe la fórmula para no dilapidar nuestro patrimonio deportivo e institucional. Sabe como de orgullosos hemos estado los sevillistas de su gestión, y sabe que en nuestro ADN no ocupa lugar la resignación y la bajada de brazos. Él nos ayudó a recuperar nuestras señas de identidad, perdidas durante décadas en el valle de la mediocridad. Él nos enseñó a mirar a los ojos a los poderosos, a mantener esa mirada desafiante al que te quiere pisotear y supo siempre que en esa desigual batalla, tenía con él, el apoyo incondicional del sevillismo. Pero estos tiempos de crisis, no deben ser escusas para bajar los brazos.

La solución está en el consejo de Administración que nos traído hasta aquí, pero si de la planta noble del Ramón Sánchez Pizjuán, no sale una inequívoca señal de impulso para recuperar cuanto antes el prestigio deportivo perdido, los pañuelos en la grada dictaran sentencia más pronto que tarde. Y eso, desde cualquier punto de vista, sería lamentable. 

martes, 12 de junio de 2012

Ni revolución , ni inmovilísmo (Capitulo tres: El Director Deportivo)


El Sevilla de los seis títulos (de siete finales jugadas) no existiría sin la labor extraordinariamente fértil de D. Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi para los sevillistas. Él consiguió labrar en roca muy sólida, las bases deportivas por las que el Sevilla Fútbol Club pasó de ser un absoluto desconocido en Europa, a ganar tres títulos continentales, algo que sólo pueden presumir en España, los grandes de nuestro fútbol, y el Sevilla entre ellos. 

Son tantos los aciertos, tantas las satisfacciones, que su tarea se antoja impagable por el sevillismo. Esa capacidad para crear desde la nada un equipo seis veces campeón, llamó la atención de los sempiternos buitres de nuestro fútbol que quisieron arrebatárnoslo a golpe de talonario. Y estuvieron a punto de conseguirlo. Sólo una gestión directa del Presidente del Sevilla lo evitó. Eso y su sevillismo a prueba de bombas. Y hubo y sigue habiendo muchas en su camino.

Valga esta introducción para reconocer lo que todo el sevillismo no debe olvidar, y más ahora que pintan bastos: Monchi es patrimonio deportivo de nuestro club y por tanto hay que hacer todo lo posible para no tirarlo por la borda. Quienes no sienten en blanquirojo tienen puesto desde hace tiempo a nuestro Director Deportivo en el punto de mira. Quieren dinamitar ese binomio (Del Nido-Monchi) que tanta gloria ha dado a los sevillistas y al futbol en nuestra ciudad.

En consecuencia, desde “De Granito”, consideramos absolutamente acertado la decisión del Consejo de Administración de nuestro club, de garantizarle un contrato de larga duración. Es la mejor manera de conservar ese patrimonio deportivo del club que es Monchi. No hay prueba más absoluta de confianza ciega a la labor extraordinaria de un hombre que ha puesto todo de su parte, superando problemas personales e incluso familiares, para llevar el Sevilla Futbol Club a la cima del fútbol en el mundo.

Pero el futbol no vive del pasado y si es cierto todo lo anterior, no es menos cierto, que las decisiones tomadas en las dos últimas temporadas a la hora de planificar la plantilla han lastrado gravemente el presente y el futuro a corto plazo del crecimiento deportivo del club. Los errores en la planificación de la plantilla, ahora reconocidos tácitamente, han erosionado seriamente la labor y la imagen de Monchi y su equipo en estos dos últimos años, y al mismo tiempo las arcas del club se han resentido seriamente. Un club con el nivel de ingresos del Sevilla, con un presupuesto muy por debajo de los aspirantes a ganarlo todo, no puede dilapidar cien millones de euros en un fallido “Plan Renove” de futbolistas que no han rendido en en el césped lo que se esperaba de ellos.

La consecuencia inmediata de esos errores lo estamos viendo en la nueva política de fichajes del club. Tenemos que renunciar a firmar futbolistas promesas con un futuro más o menos interesante por el elevado riesgo de fracaso que han dejado ya aquí los Tom de Mul y compañía y también, por supuesto, olvidarse a corto plazo de fichajes contrastados por su elevado caché económico. Se ficha para el presente buscando el rendimiento inmediato y si es posible a coste cero. Aún a costa de envejecer la edad media de la plantilla. Diego López, Maduro y todos los que vengan, cumplirán esa condición. Ya veremos si da resultado, ojalá que sí.

Ante este nuevo escenario poco habitual en los últimos años, con una plantilla ciertamente devaluada, con la mayoría de los futbolistas que nos dieron la gloria fuera del club, y con apenas dos o tres futbolistas “Clase A”, en la plantilla, Monchi debe acometer una tarea ingente pero ineludible: devolver a esta entidad, y en el menor plazo posible, el prestigio futbolístico perdido.

Para ello debe comenzar por confeccionar una plantilla competitiva con exigencia a corto-medio plazo, dotar a la misma de futbolistas que sean capaces de rendir sin esperar su adaptación hasta la eternidad (Guarente o Cigarini), limpiando ese vestuario de futbolistas no comprometidos, (Spahic, Alexis, Romaric o Rakitic), y exigiéndole al entrenador que no viva de espaldas a la carretera de Utrera. Quien quiera que ocupe el banquillo sevillista debe saber que renunciar a la cantera, es renunciar al progreso de nuestro club.

Monchi es el pasado, el presente y el futuro de este club. Es uno de los nuestros, y no hay color, en ese debate maniqueo e interesado alentado por nuestros adversarios y sus voceros, sobre su contrastada capacidad. Los aficionados no somos ingenuos; sabemos que el Sevilla de los seis títulos forma parte del pasado y probablemente pasarán muchos años antes de que ocurra algo parecido, pero quien renuncie de antemano a colocar al Sevilla Futbol Club a la altura de los más grandes, tiene los días contados en el club. Por muy alto que sea su pedestal. De ello hablaremos en nuestro próximo post.

Continuará……

miércoles, 6 de junio de 2012

Ni revolución, ni inmovilísmo (Capitulo dos: El entrenador)



La renovación de Michel decidida por unanimidad en el Consejo de Administración, pone encima de la mesa otra de las causas que han provocado el fiasco del equipo en esta última temporada principalmente: la contratación en los últimos tiempos de un entrenador de perfil medio-bajo, poco acorde en ocasiones con la calidad media de la plantilla. 


Ni Manolo Jiménez, ni Antonio Álvarez, ni Gregorio Manzano, ni Marcelino García Toral, han sido capaces, por distintos motivos y distintas circunstancias de continuar con la herencia recibida desde la salida por la gatera de Nervión de Juande Ramos. Cierto es que a Jiménez le duró la cuerda hasta que se extinguió la dinámica de equipo ganador que había dejado el de Pedro Muñoz; no menos cierto es que Antonio Álvarez se asió a esa estela para ganar la Copa del Rey en Barcelona. Pero seamos sinceros, el primero tenía dividido a la afición, y el segundo nunca llegó a tomarle el pulso al equipo.

Llegó Manzano y era el mismo caldo con distinta taza. Aquella nefasta eliminatoria contra el Oporto y su demostrada incompetencia para sacarle partido a una todavía muy buena plantilla, le hizo perder los papeles. 

La etapa de Marcelino fue sin embargo la que más frustración dejó en el seno del sevillismo. Pocas veces tuvo un entrenador a priori el viento más favorable en Nervión. Sin merecerlo, se ganó el respeto, la confianza y la admiración de toda la Sevilla futbolística, y no solo la que siente en sevillista. Toda la prensa deportiva sin excepciones, y todo el sevillismo se subió a esa ola de optimismo que la llegada de Marcelino trajo a Nervión. Por eso el chasco después fue más grande. 

De la ilusión a la decepción más absoluta; de las alabanzas sin freno a las críticas más agudas. Marcelino perdió el crédito de la afición en muchas tardes de futbol infame y la remató en aquella nefasta eliminatoria de Copa contra el Valencia cuando teniendo la obligación de remontar el 0-1 de Mestalla, dejó a Kanouté en el banquillo hasta el minuto 80 de partido. 

Y ahora Michel. Un entrenador que a priori desagradaba en Nervión, fundamentalmente porque desagrada todo lo que huele al equipo de Chamartín, y también, porque no decirlo, porque era de esos futbolistas que en su ADN está muy marcado ese origen madridista.


No se si Michel es la solución. Si sé que en el tiempo que ha sido nuestro entrenador durante la temporada pasada, el equipo dio síntomas distintos a los inquilinos anteriores de nuestro banquillo: buen trato de balón, querencia por el juego combinado, intensidad para ir por los partidos, posicionamiento en el campo más coherente, recuperación de la sintonía en el vestuario, (ofreciendo los galones a quienes nunca debieron de perderlo), inteligencia en la sala de prensa, etc.

Pero siendo todo esto cierto, el equipo hizo partidos horrendos que a la postre le han costado no jugar en Europa, sobre todo la ignominiosa goleada en Getafe y el ridículo más espantoso en el partido que más nos duele. Tampoco, al igual que Manzano o Marcelino, fue capaz de enchufar a la causa a dos futbolistas de nuestra cantera que, estoy seguro, jugarían todos los domingos en la inmensa mayoría de los equipos de la Primera División. 

Ojalá esta próxima temporada sea totalmente distinta, porque no lo duden, esta afición no exige títulos, exige esfuerzo, honor y trabajo por quienes visten nuestra centenaria camiseta. Y en la plantilla actual hay varios futbolistas que no conocen esas palabras. 

Esfuerzo, honor y entrega que tiene que venir acompañado como no puede ser de otra manera, viniendo nuestro equipo de donde viene, de la utilización obligatoria de nuestra cantera. Y no hablo sólo de Luis Alberto o Campaña, hablo de no romper una de las señas de identidad de nuestro Sevilla Fútbol Club. En el perfil que se le debe exigir a cualquier técnico que quiera ser nuestro entrenador, debe estar contemplado que no se puede ser entrenador de nuestro club viviendo de espalda a lo que ocurre en la Ciudad Deportiva de la Carretera de Utrera. Allí entrenan cada día la savia y la sangre de nuestro club, y ningún entrenador del Sevilla debe romper ese vínculo generacional de futbolistas que desde alevines hasta el Sevilla Atlético, constituyen el futuro deportivo del club. 

Cuando un club cambia de entrenador cuatro veces en tres temporadas, algo no va bien y Michel tiene en su mano cambiar esa dinámica. Su renovación no se la ganó en el campo, aunque, justo es reconocerlo, tenía en sus manos un vestuario enfrentado y la peor plantilla de los últimos tiempos. 

Continuará……